Desde Casas Maderhouse, queremos desearos a todos un
¡¡FELIZ 2015!!
sábado, 13 de diciembre de 2014
lunes, 8 de diciembre de 2014
Los fabricantes de casas de madera
acuden al Defensor del Pueblo
Martes, 02
de diciembre de 2014 El sector reclama que se reconozca legal y normativamente
al sector de la construcción industrializada de viviendas como un medio
innovador, que abarata el producto, favorece al medio ambiente y favorece la
estabilidad y seguridad de los trabajadores.
Después de llevar a cabo infinidad de gestiones, antes
y después de que naciera la Asociación de Fabricantes
y Constructores de Casas de Madera de España (AFCCM), en el año 2000, este colectivo ha
tomado la iniciativa de denunciar ante el Defensor del Pueblo la situación de
agravio y vacío legal que vive el sector de la construcción industrializada,
amordazado por la legislación afín a la construcción convencional, que abandera
la LOE (Ley de Ordenación de la Edificación).
"Parece ser que el Defensor del Pueblo llama a
capítulo a las administraciones que ignoran o desoyen las reivindicaciones de
los ciudadanos y asociaciones profesionales, como es nuestro caso -afirma
Manuel Muelas, Presidente de la AFCCM-. Sus actuaciones se caracterizan por la
eficacia; si tampoco funciona, habremos de llegar a Europa, como sea".
¿Por qué la AFCCM acude finalmente a esta instancia
para reclamar sus derechos?
Creíamos en la buena voluntad de nuestros
interlocutores. Pero hemos perdido el tiempo. Han tirado por tierra todas y
cada una de nuestras propuestas, ya que aducen una y otra vez a lo que
prescribe la Ley de Ordenación de la Edificación (LOE).
La LOE está referida a la construcción tradicional en
parcela, pero se aplica también a la construcción industrializada,
convirtiéndose en una suma de obstáculos que desvirtúan la mayoría de sus
ventajas. Por ejemplo, exigir un proyecto por cada casa fabricada, encarece
ésta en torno a un seis por ciento. Hacerla pasar por el laberinto burocrático
vigente retrasa su puesta en uso varios meses, cuando podría estar operativa en
quince días. Hemos tratado de explicar esta situación a los cuatro vientos, por
activa y por pasiva, y es un clamor en el desierto. Lo paradójico es que los
propios Ministerios de Fomento o Industria hablan en sus respectivas webs de
innovación, la puesta al día de las normativas y la colaboración con las
asociaciones profesionales. Yo afirmo que eso es pura imagen, pero no se
corresponde con la realidad.
¿Cuándo comienza la cruzada de la AFCCM frente al
status quo que perjudica sus intereses y desarrollo como sector?
Este despropósito empezó a ponerse de manifiesto de
forma elocuente cuando surgió para nosotros el problema del seguro decenal:
como la LOE no contempla en forma alguna la relación directa entre fabricante y
comprador de vivienda, obligaba al auto promotor a asegurarse contra sí mismo,
a lo cual se unía la negativa de las aseguradoras a asegurar nada que no
proviniese de la construcción convencional. Todo lo cual generó una situación
dantesca, que pudo hacer desaparecer completamente a todo el sector de la
fabricación de viviendas. Afortunadamente, se logró resolver ese problema por
la vía del derecho de petición. Pero únicamente resolvimos aquel dilema. Hoy
seguimos estrellándonos contra la burocracia y la infinidad de trámites que nos
exige la LOE.
¿Cuál es el obstáculo principal que halla en su camino
el sector de la construcción industrializada de viviendas en España?
Todos los objetivos de innovación, investigación y
desarrollo que declaman, entre otros, la Dirección General de la Vivienda en el
Ministerio de Fomento, se cumplen holgada y rigurosamente en la construcción
industrializada.
La
construcción industrializada obedece a criterios de producción en serie o de
fabricación controlada; exactamente igual que sucede en los segmentos del
automóvil, los muebles o los electrodomésticos, entre millares de artículos de
consumo.
Los fabricantes de viviendas estamos obligados a
realizar un proyecto por cada casa. ¿Aceptaría alguien que compra un coche que
se tuviese que realizar un proyecto individualizado de ese coche? Sería
absurdo, completamente. En nuestro sector sucede, y todo el mundo mira a otro
lado.
La LOE obliga a un proyecto por cada obra, lo cual es
absolutamente incompatible con un concepto industrial, donde con un proyecto se
hacen multitud de unidades de un mismo producto. Asimismo, se obliga a
solicitar una licencia de obra por el traslado de una vivienda fabricada a una
parcela. E incluso a obtener una licencia de demolición por su traslado a otra
parcela, más una segunda licencia de construcción para colocarla en su nuevo
emplazamiento. Esto es inadmisible, pero beneficia a muchas personas...
Es ridículo empeñarnos en seguir así, y quienes nos
dedicamos a la construcción industrializada no tenemos más remedio que denunciarlo,
un día tras otro, hasta que cambie.
¿Vendría la construcción industrializada a solucionar
los principales problemas vigentes del mercado inmobiliario español?
La construcción industrializada topa de lleno con el
artículo 47 de la Constitución Española, que dice que "todos los españoles
tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada, y que los poderes
públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas
pertinentes para hacer efectivo este derecho". Evidentemente, este es un
magnífico mandato o recomendación del cuerpo legislativo, pero la realidad
demuestra que entre lo que dicta la ley y lo que realmente hace la
Administración del Estado hay una quiebra absoluta.
España es uno de los países europeos con mayor dificultad
de acceso a la vivienda. Y los fracasos se tapan con parches, alargando la
financiación. De tal forma que quien compra una vivienda se condena para
muchísimo años.
Jamás se piensa en fórmulas para abaratar la
construcción, y se ignora deliberadamente a la construcción industrializada,
por razones inexplicables. La propia LOE, en su artículo 2, dice que "su
ámbito de aplicación es el proceso de la edificación, entendiendo como tal la
acción y el resultado de construir un edificio de carácter permanente"; lo
cual choca de frente con la construcción industrializada, que también contempla
la posibilidad de la vivienda móvil.
¿Por qué cree Vd. que son así las cosas, y cuesta
tanto cambiarlas?
La LOE se hizo para tapar la ineficacia del mundo
judicial, donde se acumulaban los problemas, y no se resolvían. Con ella se
satisfacía y tranquilizaba a numerosos colectivos como los ayuntamientos,
arquitectos, aparejadores, oficinas técnicas de control y colegios
profesionales varios. No en vano, el Presidente de la Sala de lo
Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid afirma
que "la mayor fuente de corrupción es la burocracia", y donde más
burocracia hay es, indudablemente, en la construcción, donde la vivienda ocupa
un lugar preferente.
En Europa se está tratando de simplificar los
procedimientos de acceso a una vivienda. Aquí, sin embargo, todo el mundo
encoge los hombros. Creando confusión y dificultando el desarrollo y la
innovación.
Dentro de lo que es la construcción convencional, la
LOE contempla, acoge y otorga un papel a numerosos agentes intermediarios en el
proceso de la concepción de una vivienda, de trámites y de burocracia que, una
vez más, son incompatibles con la construcción industrializada, donde simplemente
dialogan fabricante y consumidor. Lo cual abarata el producto y, además,
funciona. El fabricante debe asumir una serie de responsabilidades, lo cual
recogería la "declaración de prestaciones" que hoy se está
preconizando por doquier.
Creo que la Dirección General de la Vivienda
sinceramente ignora la facilidad al acceso a la vivienda que la construcción
industrializada garantiza, así como el recorte de precio por metro cuadrado que
ésta supondría para el comprador, siempre que se le exima del marco normativo
que envuelve a la construcción convencional. Porque para que la industria
genere beneficios interesantes y nítidos es preciso que opere y funcione como
industria.
¿Por dónde empezaría a resolverse este magno problema?
La Administración, en vez de dedicarse a administrar,
sigue empeñada en decidir lo que tienen que hacer los españoles, por encima de
los legisladores y del propio mercado. Buena política es hacer posible lo que
es necesario. La buena política es hacer esto con rapidez y eficacia. Hacer lo
contrario, como sucede en el tema que nos ocupa, es una mala política.
Cuando me preguntaba la anterior Directora General de
la Vivienda qué es lo que yo quería, me limité a responderle que "lo que
hiciera posible que una persona que necesitase una vivienda y dispusiese de un
terreno adecuado, con la cédula urbanística de la parcela correspondiente,
eligiera una casa adecuada a sus necesidades y pudiera disponer de éste en unos
días, en pleno uso. A lo cual ella argumentó que eso era imposible, porque una
licencia municipal tarda como mínimo tres meses en otorgarse. Si hay que tragar
con eso, qué sentido tenía hablarle de las ventajas de los procesos
industriales...
Las necesidades de vivienda son cambiantes. Es obvio
que en España conviene promover la movilidad laboral. Nos hemos empeñado en que
las personas mayores vivan en la almendra de las ciudades, lo cual es
claramente inadecuado. Entretanto, los modelos de familia han variado mucho. Quien
mejor detecta siempre las necesidades es el mercado. Dejémosle funcionar.
¿Conserva Vd. esperanzas de ver a corto plazo un marco
legislativo específico y diferenciado para la construcción industrializada de
viviendas?
Sinceramente, aspiro a ver la solución más pronto que
tarde. En España hay cientos de miles de viviendas sin venderse, y cientos de
miles de personas sin vivienda. La quiebra del sistema vigente es evidente. En
países mucho más avanzados que el nuestro, la industria proporciona casas, en
proporción equivalente a las que se construyen, pero a mitad de precio.
En todo lo que sea mejorar la calidad habitacional, la
seguridad, el medioambiente y el ahorro energético, la construcción
industrializada supera holgadamente a la construcción convencional. Lo dicen
personas de máximo relieve en el mundo de la edificación.
Todavía la realidad va por un lado, y el día a día de
la edificación va por otro. Afortunadamente, docentes y estudiantes del mundo
de la arquitectura van conociendo progresivamente las ventajas de la
construcción industrializada. A ellos y al sentido común nos hemos de
encomendar.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
jueves, 4 de septiembre de 2014
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